Las técnicas de estudio son una de las bases para poder tener un buen éxito escolar. A veces podemos notar, sobre todo en los niños que comienzan a estudiar, que pasan muchas horas delante del libro y no les cunde, que no saben qué es lo importante y lo que no, y se agobian porque tienen una sensación de no entender lo que están estudiando, tendiendo a memorizarlo todo. En esos casos, lo que les ocurre es que no saben por donde empezar a estudiar y que, no vamos a engañar a nadie, estudiar no es una de las actividades más divertidas, por lo que también les parece un mundo ya que no conocen las técnicas de estudio que existen.
Estas técnicas son una serie de estrategias que nos ayudan a que el tiempo que dediquemos a estudiar sea efectivo y nos resulte lo más útil posible. No significa que aprendiéndolas, mágicamente, vamos a conseguir que estudiar sea divertido y saquemos un «10», pero sí que no lo veamos como una montaña enorme donde sintamos que no vamos alcanzar la cima.
Las más conocidas suelen ser:
- Lectura comprensiva: Cuando leemos tenemos que entender qué es lo que tenemos delante y centrarnos en lo que es relevante o no. Es decir no sólo leer mecánicamente sino estar comprendiendo el texto. Un ejemplo, ¿os ha pasado alguna vez ir leyendo un libro y acabar la página y no haberos enterado de nada porque estabais pensando en otra cosa? Eso sería no tener lectura comprensiva sino mecánica.
- Subrayado: Una vez que hemos entendido el texto vamos a subrayar lo que es más significativo y SOLO lo significativo. Si todo está subrayado… entonces ¿nos vale para algo?
- Resúmenes y esquemas: Después, haciendo resúmenes y esquemas, vamos memorizando y asimilando aquello que tenemos que estudiar, ordenando las ideas en la cabeza y relacionando unas con otras.
Sin embargo, la parte más importante y lo que nos va a motivar a estudiar es organizarnos y planificarnos adecuadamente. Y aquí entra en juego nuestra área personal ya que cada uno de nosotros tenemos diferentes características, intereses y circunstancias que nos llevan a organizarnos y planificarnos de diferentes maneras.
Sobre los 8-10 años se pueden ir aprendiendo estas estrategias, pero esto no significa que siendo más mayor e incluso adulto no se puedan conocer y practicar.
Si os apetece conocer estas estrategias y llevarlas a cabo, no dudéis en solicitar una cita.
Carmen Marco Llana
Psicóloga Infantil y Juvenil