Últimamente nos llegan muchos papás a consulta y nos dicen… «nosotros vemos Supernanny y hemos intentado hacer lo de la cartulina…pero no nos funciona»
Hemos pensado que sería interesante explicar qué es «la cartulina» que utiliza Supernanny y para qué funciona y, además, daros unos cuantos consejos.
Lo que suele utilizar Rocío, Supernanny en el programa de televisión, es parecido a una economía de fichas o programa de puntos. Consiste en un cuadrante donde anotamos o bien las cosas que queremos que realice el niño (como una especie de plan) o bien cosas por las que le daremos una serie de recompensas si las va cumpliendo.
Este cuadro se realiza cuando conocemos bien al niño y a la familia, y queremos modificar, disminuir o aumentar algún comportamiento o conducta. Por ejemplo, que se meta en la bañera o que realice sus obligaciones (recoger sus juguetes y sus cosas personales) sin que sea una lucha y, también, que lo intente hacer de manera autónoma.
Para realizar este tipo de técnica es necesario describir bien lo que queremos que el niño consiga. Por ejemplo, decir «portarse bien en el colegio» es un término muy amplio y ambiguo para el niño, lo que habría que hacer es explicar qué es portarse bien (estar bien sentado en la silla, ser amable con los compañeros, acabar las tareas, etc.)
También es preciso saber cuál sería la «cantidad» adecuada de acciones que queremos que realice porque si le ponemos demasiadas consignas puede ser una meta demasiado alta para el niño, frustrándole y consiguiendo, tal vez, un efecto contrario.
Al mismo tiempo los papás tienen que ser constantes y sistemáticos, esto es, repasar los puntos y acciones todos los días desde que nos hemos comprometido con el niño y utilizando siempre la misma balanza (es contraproducente que hoy, que estoy cansado, no repasemos la tabla o ponerle todo «muy bien» sin analizarlo con el pequeño).
Hay que estar atentos también a la evolución que va teniendo el niño en cuanto a sus progresos y tener muy presente que el fin último de la tabla es QUE NO HAYA TABLA. Si vemos que el niño va consiguiendo determinadas cosas pero aparecen otras conflictivas habría que hacer un cambio en las consignas.
Como podéis ver, manejar bien «la cartulina de Supernanny» no es algo fácil, por ello volvemos a insistir en que es muy necesario conocer bien a la familia y al niño. Para que resulte útil y eficaz, es preciso que tenga un seguimiento por parte de un profesional que calibre todas las características que os hemos comentado.
Bajo nuestro punto de vista, consideramos que este recurso es muy potente y preferimos, por varias razones, utilizarlo como una de las últimas opciones.
Una de ellas es que creemos que siempre podemos intentar que el pequeño cambie determinas conductas por otras vías, por ejemplo, elogiando lo que hace bien, por mínimo que sea, e intentar ignorar lo negativo, o sencillamente hablando con el niño y expresando de una forma serena vuestra preocupación. Además, así tampoco le hacemos desde un principio «dependiente» de una recompensa por todo lo que haga.
Otra de las razones es que al ser una técnica tan potente, si el resultado es negativo, por una parte, hemos desgastado al niño y a la familia y, por otra, puede ser más costoso el cambio del comportamiento al variar de método.
Por eso, reflexionad antes de actuar. Pensad cuál es el cambio que queréis realizar y probad antes con otras estrategias como el elogio o no prestar atención a la conducta negativa.
Si al final os decidís por utilizar esta técnica, pedir asesoramiento a un profesional.
Carmen Marco
Psicóloga Infantil y Juveni