Los problemas emocionales suelen ser los que mayor malestar causan en los niños y adolescentes generándoles mucha angustia, irritabilidad y un estado de ánimo bajo. Precisamente esa sintomatología puede provocar que a veces este tipo de problemas pasen desapercibidos para los adultos que les rodean camuflándose de rebeldía o malos comportamientos.
Algunas causas de los problemas emocionales son baja autoestima, dificultad para gestionar adecuadamente sus emociones, falta de habilidades sociales y de comunicación con sus iguales, etc.
La falta de interés y de ilusión prolongada en el tiempo, el exceso de irritabilidad y un retroceso en las competencias que ya tenía (por ejemplo, antes se relacionaba bien y ahora no, antes hacia los deberes sin dificultad y ahora no), creando una gran interferencia en su día a día, nos pueden estar indicando, junto con otros factores secundarios, que estamos ante una depresión.
Por otro lado, dentro de los problemas emocionales, también encontramos la ansiedad y las fobias.
Muchos de los miedos y ansiedades de los niños suelen ser evolutivos y cumplen una utilidad en su desarrollo, sin embargo, al perder estas características se convierten en un problema, en una fobia.
Las más comunes son las siguientes:
– Ansiedad de separación: Se caracteriza por nivel de agitación excesivo ante la separación del hogar, salir de casa o separarse de las figuras de apego.
– Ansiedad ante los exámenes o a sentirse evaluado (exposiciones, hablar en público, salir a la pizarra…): Se caracteriza por preocupaciones recurrentes e intensas relacionadas con los resultados de la exposición o por la evaluación de sus capacidades para afrontarla.
– Ansiedad generalizada: Se caracteriza por presentar preocupaciones excesivas y recurrentes. Suele ir acompañado de gran agitación y dificultades para relajarse.
– Fobia escolar: Presentan rechazo al colegio por algún tipo de miedo asociado a este. Suelen presentar miedo intenso en la víspera para ir al colegio o cuando está en clase.
– Fobia social: Suele ser más frecuente en adolescentes y preadolescentes. Presentan miedo a situaciones sociales, a comportarse de forma inapropiada y a la evaluación negativa.
Otras fobias que se pueden presentar son fobia la oscuridad, fobia a determinados animales, fobia a las inyecciones y sangre y fobia al hospital o los médicos.